El documento corresponde a una bula o disposición pontificia en la que se confirman privilegios, exenciones y facultades a diversos prelados, órdenes religiosas, conventos y monasterios. En él se alude a la autoridad apostólica y se exhorta a obispos, arzobispos, vicarios y demás autoridades eclesiásticas a reconocer y obedecer dichas disposiciones. Se subraya la validez y autenticidad del documento (aludiendo a la bula plúmbea como signo de garantía), así como la importancia de preservar los beneficios espirituales y temporales concedidos a los religiosos, en orden a la salvación de las almas y al fortalecimiento de la Iglesia.